Libreto Litúrgico | Ordenaciónes Diaconales
Terminado lo anterior, comienza el canto para el ofertorio. Mientras tanto, los ministros colocan sobre el altar el corporal, el purificador, el cáliz, la palia y el misal.
En tu Hijo Jesucristo, sacerdote eterno, siervo obediente, pastor de los pastores, has puesto el origen y la fuente de todo ministerio, según la viva tradición apostólica conservada en tu pueblo que peregrina en la historia.
Tú eliges dispensadores de los santos misterios con variedad de dones y carismas, para que en todas las naciones de la tierra se ofrezca el sacrificio perfecto y, con la Palabra y los sacramentos se edifique la Iglesia, comunidad de la nueva alianza, templo de tu gloria.
Por este misterios de salvación, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con gozo el himno de tu alabanza:
El Obispo:
El Obispo:
TODA LENGUA, PUEBLOS Y NACIONES
HALLAN LUCES SIEMPRE EN TU PALABRA.
HIJOS, HIJAS, FRÁGILES, DISPERSOS,
ACOGIDOS EN TU HIJO AMADO. ℟.
DIOS NOS CUIDA, TIERNO Y PACIENTE
NACE EL DÍA, UN FUTURO NUEVO.
CIELOS NUEVOS Y UNA TIERRA NUEVA.
CAEN MUROS GRACIAS AL ESPÍRITU. ℟.
UNA SENDA TIENES POR DELANTE,
PASO FIRME, DIOS SALE A TU ENCUENTRO.
MIRA AL HIJO QUE SE HA HECHO HOMBRE
PARA TODOS, ÉL ES EL CAMINO. ℟.
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